LA CONSTITUCIÓN DE LA SOCIEDAD DEL SALTO DEL BURGUILLO

EN 1926 SE CONSTITUYE LA SOCIEDAD QUE VA A LLEVAR A CABO LAS OBRAS Y LA GESTIÓN DE LA PRESA. EN ELLA APARECEN DATOS INTERESANTES SOBRE EL ENTORNO EN EL QUE SE HALLA.

Lima 23 de febrero de 2022

La sociedad se denominará «Salto del Burguillo» y se constituye el 16 de abril de 1926 ante el notario de Segovia Luis Rincón y Lazcano: Comparecen cinco personas: Francisco Zorrilla Arroyo, propietario, Federico Cantero Villamil, ingeniero, Segundo Gila Sanz, médico, Jerónimo Arroyo Lopez, arquitecto, y Eugenio Rubio Merino, canónigo de la Catedral de Segovia.

Exponen que » por iniciativa del señor Zorrilla y Arroyo se vienen realizando a su costa desde el mes de Septiembre de mil novecientos diecinueve una serie de trabajos conducentes a poner en explotación «EL SALTO DEL BURGUILLO» enclavado en un coto redondo de su propiedad …». tras el encargo a «ingenieros competentes» un estudio técnico para solicitar la concesión del Estado;lo cual se consigue y publica en la Gaceta de Madrid el 6 de junio de 1922.

Las obras se inauguran el 27 de Mayo de 1923 comenzando los trabajos en el lecho del río «…para esclarecer la incógnita de la cimentación de la presa…» y para estudiar la impermeabilidad del vaso a llenar por el embalse. Todo esto se vino haciendo a costa del propio Francisco Zorrilla así como, y esto son datos sobre el entorno actual, la construcción de la carretera que comunica con la de Cantalejo a Aranda en Navalilla y el puente de hormigón armado sobre el rio Duratón.

Ya se estaba construyendo la ataguía (la obra para el desvío provisional del río) cuando «…al reconocer las favorables condiciones de cimentación y la indudable impermeabilidad de los estribos en que apoyarse…» se proyectó una ampliación del salto hasta los 24 metros de altura; esta era la máxima altura que permitía el remanso del embalse sin salir de los términos de la propiedad del concesionario y así evitar el coste de las expropiaciones de terrenos que no eran de su propiedad.

La propiedad que representaba el coto redondo llegaba aproximadamente hasta el puente que atravesaba el río un poco aguas abajo del convento lo cual quiere decir que hasta la ampliación de la presa en 1956, el agua del embalse no llegaba hasta el convento aunque quedaba próximo. El 4 de setiembre de 1926 apareció publicada en la Gaceta de Madrid la aprobación de la modificación del proyecto inicial.

Prosigue la escritura con una solemne declaración del promotor Francisco Zorrilla:

«…Que con todos estos elementos en la mano fruto de una labor perseverante durante 6 años y de los importantes gastos que supone, se condensó todo ello en una memoria explicativa que lanzó al público segoviano requiriendo su ayuda moral y material para en la forma de Sociedad anónima donde todos cupieran llevar a cabo la gran obra que para los intereses provinciales supone el aprovechar las energías latentes en el “Salto del Burguillo” Las posibilidades del iniciador concesionario no llegaban a más; había consumido en la ímproba labor demostrativa buena parte de sus energías y casi todos sus recursos Llegaba la hora de que los demás cooperasen en una empresa que tantos intereses abarca y tantas riquezas describe en sus posibilidades futuras. Y a tales requerimientos, los espíritus comprensivos que nunca faltan para empeños razonables y bien estudiados han respondido cumplidamente como se detalla a continuación…»

El primer colaborador fue el ingeniero Federico Cantero Villamil «…que ofreció su concurso pecuniario y aceptó la dirección técnica…» y suscribe 100.000 pesetas en acciones de la sociedad; percibiría 20.000 pesetas a la puesta en marcha del salto por sus trabajos como director técnico y un 15% de todos los ahorros que se produjeran respecto de las cantidades presupuestadas; todo esto lo percibiría en acciones de la sociedad.

El capital social de la Sociedad sería de dos millones de pesetas representado por 4.ooo acciones de 500 pesetas cada una de las que 582 se destinan, completamente liberadas al pago, de las aportaciones que hace el concesionario Francisco Zorrilla y las restantes se emitirían cuando lo decida el Consejo de Administración.

«…La base de la Sociedad que se constituye son las aportaciones de don Francisco Zorrilla Arroyo…» y son: el molino harinero, el batán y los terrenos que ocupe el embalse con todos los arboles y plantaciones que en ellos existan. Todo esto se valora en 80.000 pesetas.

Las obras realizadas y el material para continuarlas: la ataguía, la carretera, el puente, la maquinaria que se valora en 120.000 pesetas.

Por último, las concesiones, los gastos de estudios, valorado en 89.000 pesetas.

En total, 291.000 pesetas que se pagarían en la 582 acciones, las primeras que se emitieran.

El capital de dos millones de pesetas se distribuye de la manera siguiente: 291.ooo pesetas de las aportaciones del concesionario, emitiendo hasta un millón y medio para continuación de las obras y dejando en cartera las 418 acciones para el pago en su día al Director técnico Cantero Villamil.

La obras fueron encargadas a la empresa Compagnie D’Entreprises Electro Mecaniques mediante un convenio firmado en Madrid el 14 de Junio de 1926.

La energía eléctrica necesaria para mover la maquinaría durante las obras vendría de la central de San Miguel de Bernuy.

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